lunes, 30 de mayo de 2011
domingo, 29 de mayo de 2011
IMPERDIBLE, PARA LO QUE LE INTERESA LA ETICA EN LA POLÍTICA
29/05/2011 | Detalles menores
La manzana podrida por Ernesto Tenembaum. sobre HERMES BINNER
Dicen que va invicto en todas las elecciones a las que se presentó en su provincia sin ser peronista. Y que se trata de una provincia grande, de tradición peronista. Hay que frenarlo antes de que sea tarde. Yo sé por qué lo digo. Esas cosas empiezan pero nunca se sabe dónde terminan. El tipo tiene una insoportable cara de yo no fui.
No le sacás una definición tajante ni que lo exprimas. Jamás va a aparecer en los títulos, porque no responderá ni cuando lo ataque –en una de sus tantas demostraciones de talento inigualable– el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Desde los tiempos de la Alianza que no aparecía alguien tan aburrido, insípido, educado.
Pero nada de eso es lo peor.
Dicen que va invicto en todas las elecciones a las que se presentó en su provincia –internas abiertas, cerradas, municipales, provinciales– sin ser peronista. Y que se trata de una provincia grande, de tradición peronista. Dicen que nunca tuvo una frase altisonante contra Cristina ni Néstor Kirchner, pero tampoco se convirtió a esa curiosa religión progre en la que todo aquel que critica al Gobierno es cómplice de todo.
Que construyó junto a su partido un sistema de salud pública como no hay otro en el país y otro de transporte público similar. Que su política social le da una base de apoyo muy sólida. Que no robó, no se enriqueció, que no hay ninguna denuncia en ese sentido contra el resto de sus partidarios, que a su alrededor no se escucha esa frase tan típica en los últimos tiempos por parte de personas impensadas, que se han resignado a tantas cosas: “¿Y qué querés? ¿Que hagan política sin plata? ¿Que sean pobres?”.
Que no intentó una reforma constitucional para reelegirse. Que fue a internas y ungió a un sucesor, o será que formó equipos. Que todo ese proceso lo hizo por medio de un sistema electoral novedoso que evita, hasta donde sea posible, el fraude. Que nunca financió una red de medios y periodistas para que lo defiendan de sus supuestos enemigos porque la plata, creen por allá, está para otra cosa.
Y que pese a todo eso, gana elecciones.
O sea, es un pésimo ejemplo.
Un gorila.
Está por demostrar, a punto de hacerlo, que se puede hacer política y ser eficiente sin necesidad de transar con mafias de todo tipo.
Y no porque vaya a ganar las presidenciales. Eso es imposible. Cristina está imparable. Gana caminando. El pueblo ya la compró. Además, ya lo conocemos –al pueblo–. No se detiene en detalles menores como la honestidad o la buena gestión.
Ni siquiera es peligroso porque vaya a presentarse.
Hay que pararlo porque es un mal ejemplo. Puede ocurrir que muchas personas saquen conclusiones equivocadas. Por ejemplo, que empiecen a pensar que entre los conservadores promercado de Macri y De Narváez, y la estructura del PJ clásico, con CFK y Scioli y los caciques de todo tipo, y las declaraciones juradas, y el Indec, y la Federal que mató, y el festival de subsidios a personas muy pero muy extrañas, y el sistema de salud pública y de transporte bien pero bien noventistas, entre esas dos opciones existe la posibilidad de construir algo distinto, que no sea sólo testimonial, y que haya demostrado la capacidad de gobernar la provincia y revalidar títulos una y otra vez. O sea: que todas las recomendaciones maquiavélicas de estos últimos veinte años, de que el fin justifica los medios, de que la mafia es condición imprescindible para gobernar, que la corrupción es casi-casi un hecho elogiable “porque así es el poder, ¿viste?”, podrían –eventualmente– estar puestos en tela de juicio. Y que entonces podría conmoverse la base misma de la identidad a la que, con tantas dificultades, nos aferramos estos años.
Por eso, pongámonos a revisar. Que los muchachos empiecen a trabajar duro. Algo hay que encontrarle: una amigo de un amigo que tenga un campo donde exploten gente, una foto con una mucama nigeriana, una cuenta falsa en el exterior –de esas que le tiramos por la cabeza a Olivera o a Juez–, o un juez amigo que lo engrampe con la droga. No importa que esto sea verdadero o falso. Lo que importa es que lo instalemos (y para eso no nos faltan amigos bien dispuestos en tantos medios de comunicación). El tipo parece tan puro que cualquier pequeña manchita se va a notar mucho. Ya lo dijo Beliz. No se puede entrar a un barrial con zapatitos blancos.
Es más: quizá podemos usar a un radical para lanzar la estocada. Al fin y al cabo ellos están más preocupados que nosotros.
Sé que no es ético lo que estoy proponiendo. Pero, ¿qué es la ética en política? No hay otra ética que la relación entre medios y fines. La cosa es así: nosotros estamos construyendo un país libre, donde las corporaciones y la derecha no manejen la Casa Rosada. Toda grieta que se abra es tremenda porque le hace el juego a la derecha. La honestidad de este tipo, la transparencia y la eficiencia que le reconocen hasta sus adversarios, nos ponen en tela de juicio a todos. Y por eso, son funcionales a las corporaciones, a la derecha, al capitalismo salvaje y a la década del noventa. Por eso, es necesario mancharlo. Porque, si todos los que peleamos poder estamos sucios, está claro que es condición sine qua non para pelear poder: estar sucios. Además, es la esencia argentina: el poder es sucio. La esencia uruguaya es que los dirigentes pueden ser honestos. Ellos nacieron así. Pero nosotros no. Todos chorean porque no tienen alternativa.
Busquémosle algo.
Es la única manera, porque ni siquiera podemos decir que es de derecha. La agenda parlamentaria de su gente no es un punto débil: apoyaron la ley de medios, la estatización de las AFJP, la asignación por hijo, el control de las prepagas, el matrimonio gay mientras que, al mismo tiempo, pedían la normalización del Indec, la democratización del Consejo de la Magistratura, el 82 por ciento móvil a los jubilados.
Hasta en eso nos pueden ganar: en su provincia, el tipo paga ese 82 por ciento móvil sin que haya ningún escándalo. Lo paga. Sólo para jorobarnos.
Y además, parece que todos viven en paz: nadie se odia con nadie, más allá de lo normal, se pueden discutir las medidas de gobierno sin que los disidentes se transformen en enemigos execrables.
O sea: hay que pararlo.
En el pasado no hay nada a la vista: no estuvo con Menem, ni con la Alianza, no tiene economistas neoliberales, no participó de las privatizaciones, vive en la misma casa.
Of. Va a ser difícil. Pero algo habrá.
Porque, aunque no gane –y no tiene ninguna posibilidad de ganar– genera preguntas incómodas.
Y, si algo no queremos, son preguntas incómodas.
Vamos en el tren de la victoria.
Las preguntas incómodas le hacen el juego a la derecha. Y a Clarín. Y a Techint.
Los enemigos son terribles.
La duda es, en este contexto, la jactancia de los intelectuales.
Y nosotros, de jactancia, no tenemos nada.
Pero nada de eso es lo peor.
Dicen que va invicto en todas las elecciones a las que se presentó en su provincia –internas abiertas, cerradas, municipales, provinciales– sin ser peronista. Y que se trata de una provincia grande, de tradición peronista. Dicen que nunca tuvo una frase altisonante contra Cristina ni Néstor Kirchner, pero tampoco se convirtió a esa curiosa religión progre en la que todo aquel que critica al Gobierno es cómplice de todo.
Que construyó junto a su partido un sistema de salud pública como no hay otro en el país y otro de transporte público similar. Que su política social le da una base de apoyo muy sólida. Que no robó, no se enriqueció, que no hay ninguna denuncia en ese sentido contra el resto de sus partidarios, que a su alrededor no se escucha esa frase tan típica en los últimos tiempos por parte de personas impensadas, que se han resignado a tantas cosas: “¿Y qué querés? ¿Que hagan política sin plata? ¿Que sean pobres?”.
Que no intentó una reforma constitucional para reelegirse. Que fue a internas y ungió a un sucesor, o será que formó equipos. Que todo ese proceso lo hizo por medio de un sistema electoral novedoso que evita, hasta donde sea posible, el fraude. Que nunca financió una red de medios y periodistas para que lo defiendan de sus supuestos enemigos porque la plata, creen por allá, está para otra cosa.
Y que pese a todo eso, gana elecciones.
O sea, es un pésimo ejemplo.
Un gorila.
Está por demostrar, a punto de hacerlo, que se puede hacer política y ser eficiente sin necesidad de transar con mafias de todo tipo.
Y no porque vaya a ganar las presidenciales. Eso es imposible. Cristina está imparable. Gana caminando. El pueblo ya la compró. Además, ya lo conocemos –al pueblo–. No se detiene en detalles menores como la honestidad o la buena gestión.
Ni siquiera es peligroso porque vaya a presentarse.
Hay que pararlo porque es un mal ejemplo. Puede ocurrir que muchas personas saquen conclusiones equivocadas. Por ejemplo, que empiecen a pensar que entre los conservadores promercado de Macri y De Narváez, y la estructura del PJ clásico, con CFK y Scioli y los caciques de todo tipo, y las declaraciones juradas, y el Indec, y la Federal que mató, y el festival de subsidios a personas muy pero muy extrañas, y el sistema de salud pública y de transporte bien pero bien noventistas, entre esas dos opciones existe la posibilidad de construir algo distinto, que no sea sólo testimonial, y que haya demostrado la capacidad de gobernar la provincia y revalidar títulos una y otra vez. O sea: que todas las recomendaciones maquiavélicas de estos últimos veinte años, de que el fin justifica los medios, de que la mafia es condición imprescindible para gobernar, que la corrupción es casi-casi un hecho elogiable “porque así es el poder, ¿viste?”, podrían –eventualmente– estar puestos en tela de juicio. Y que entonces podría conmoverse la base misma de la identidad a la que, con tantas dificultades, nos aferramos estos años.
Por eso, pongámonos a revisar. Que los muchachos empiecen a trabajar duro. Algo hay que encontrarle: una amigo de un amigo que tenga un campo donde exploten gente, una foto con una mucama nigeriana, una cuenta falsa en el exterior –de esas que le tiramos por la cabeza a Olivera o a Juez–, o un juez amigo que lo engrampe con la droga. No importa que esto sea verdadero o falso. Lo que importa es que lo instalemos (y para eso no nos faltan amigos bien dispuestos en tantos medios de comunicación). El tipo parece tan puro que cualquier pequeña manchita se va a notar mucho. Ya lo dijo Beliz. No se puede entrar a un barrial con zapatitos blancos.
Es más: quizá podemos usar a un radical para lanzar la estocada. Al fin y al cabo ellos están más preocupados que nosotros.
Sé que no es ético lo que estoy proponiendo. Pero, ¿qué es la ética en política? No hay otra ética que la relación entre medios y fines. La cosa es así: nosotros estamos construyendo un país libre, donde las corporaciones y la derecha no manejen la Casa Rosada. Toda grieta que se abra es tremenda porque le hace el juego a la derecha. La honestidad de este tipo, la transparencia y la eficiencia que le reconocen hasta sus adversarios, nos ponen en tela de juicio a todos. Y por eso, son funcionales a las corporaciones, a la derecha, al capitalismo salvaje y a la década del noventa. Por eso, es necesario mancharlo. Porque, si todos los que peleamos poder estamos sucios, está claro que es condición sine qua non para pelear poder: estar sucios. Además, es la esencia argentina: el poder es sucio. La esencia uruguaya es que los dirigentes pueden ser honestos. Ellos nacieron así. Pero nosotros no. Todos chorean porque no tienen alternativa.
Busquémosle algo.
Es la única manera, porque ni siquiera podemos decir que es de derecha. La agenda parlamentaria de su gente no es un punto débil: apoyaron la ley de medios, la estatización de las AFJP, la asignación por hijo, el control de las prepagas, el matrimonio gay mientras que, al mismo tiempo, pedían la normalización del Indec, la democratización del Consejo de la Magistratura, el 82 por ciento móvil a los jubilados.
Hasta en eso nos pueden ganar: en su provincia, el tipo paga ese 82 por ciento móvil sin que haya ningún escándalo. Lo paga. Sólo para jorobarnos.
Y además, parece que todos viven en paz: nadie se odia con nadie, más allá de lo normal, se pueden discutir las medidas de gobierno sin que los disidentes se transformen en enemigos execrables.
O sea: hay que pararlo.
En el pasado no hay nada a la vista: no estuvo con Menem, ni con la Alianza, no tiene economistas neoliberales, no participó de las privatizaciones, vive en la misma casa.
Of. Va a ser difícil. Pero algo habrá.
Porque, aunque no gane –y no tiene ninguna posibilidad de ganar– genera preguntas incómodas.
Y, si algo no queremos, son preguntas incómodas.
Vamos en el tren de la victoria.
Las preguntas incómodas le hacen el juego a la derecha. Y a Clarín. Y a Techint.
Los enemigos son terribles.
La duda es, en este contexto, la jactancia de los intelectuales.
Y nosotros, de jactancia, no tenemos nada.
sábado, 28 de mayo de 2011
Es prioritario para el Partido Socialista insistir en la construcción de un Frente Progresista
El documento que consensuó el socialismo |
Tras reunirse en Buenos Aires, el Comité de Acción Política del Partido Socialista, emitió un comunicado sobre su postura de cara a un frente nacional. El texto completo |
"El Comité de Acción Política del Partido Socialista, reunido en la Ciudad de Buenos Aires, expresa que: Es prioritario para el Partido Socialista insistir en la construcción de un Frente Progresista. Como lo venimos sosteniendo desde hace años con nuestra práctica, es posible sumar, reconociendo la diversidad de opiniones, y a la vez respetando la identidad de los diferentes sectores políticos y sociales. Esa construcción debe basarse en un Programa, que permita sostener diálogos y conseguir consensos, que apunte a la transformación del Estado, a fortalecer las relaciones entre el Estado y la sociedad, sin olvidar que nuestro principal objetivo es contribuir a mejorar la vida de las personas. Lo que nos une, lo que nos cohesiona, es el programa. El programa brinda confianza a los ciudadanos y les permite controlar la acción de gobierno. Nuestro programa debe ser algo más que una oposición al liberalismo conservador. Debe plantear no sólo qué hacer, sino también cómo hacerlo. Cómo avanzar hacia una Argentina que recupere el federalismo y el respeto a las autonomías e identidades regionales; con una profunda reforma política para dotar de transparencia al sistema electoral y a la tarea de gobernar; con un Consejo Económico y Social que institucionalice el diálogo con los distintos sectores de la vida nacional; hacia una Nación que destierre definitivamente las prácticas paternalistas y clientelares y garantice los derechos y la ciudadanía. Como lo estamos haciendo en Santa Fe, el socialismo debe impulsar los valores de solidaridad, participación y transparencia y basar en ellos su acción social y política, con un gobierno cercano a la gente. En especial, debemos prestar atención a los jóvenes, cada vez más protagonistas de los discursos políticos, pero no de las políticas públicas. Sobre nuestros jóvenes recaen más fuertemente las consecuencias de la exclusión. Por eso, los socialistas valoramos y alentamos la creciente politización y participación social y política de nuestros jóvenes, pero a la vez ponemos de manifiesto la necesidad imperiosa de políticas públicas universales con y desde la juventud. La maravillosa experiencia de gobierno que hemos hecho en la ciudad de Rosario y en los últimos años en la Provincia de Santa Fe y en distintas localidades, nos demuestra que es posible concretar políticas progresistas. Progresismo es descentralizar el Estado e integrar el territorio. Es propiciar los canales y las transformaciones institucionales necesarias para que se concrete la participación popular a todo nivel. Es garantizar el acceso universal a la salud para toda la población. Progresismo es trabajar por el bienestar docente y jerarquizar su tarea. Es hacer realidad el 82% móvil para nuestros jubilados. Es sostener Comités Mixtos de Salud y Seguridad en el Trabajo. Progresismo es desarrollar nuestra producción a partir de las cadenas de valor y alentar la industrialización cerca de los lugares de producción primaria. Es igualdad de derechos y oportunidades entre varones y mujeres. Progresismo es hacer posible una justicia accesible, pacificadora y transparente. Es lograr mayor seguridad removiendo las causas que generan violencia y neutralizar sus efectos a través de un sistema policial eficaz. Progresismo es poner en relación a la educación con la producción, a la salud con la cultura, a la obra pública con la inclusión social. Es cultura para todos en todo el territorio. Es proteger el ambiente y promover la convivencia. Es darles el espacio y la palabra a los niños. Progresismo es trabajar por los derechos de los miles de jóvenes que no estudian ni trabajan, condenados a vivir sin posibilidad de construcción de futuro. Son los propios jóvenes participando del gobierno. Progresismo es defender el derecho de acceso a la información pública. Es hacer realidad el ingreso por concurso a todos los cargos públicos y la carrera administrativa. Es haber implementado de forma confiable la boleta única para terminar con las trampas electorales. Es respetar a las minorías y defender a los pueblos originarios. Es luchar por un régimen impositivo justo. Progresismo es gobernar pensando en las próximas generaciones. El socialismo se asienta en valores, y esa es una de las mayores fortalezas de una construcción progresista. Buscamos un cambio, pero no en cualquier sentido: un cambio hacia adelante para lograr mayor igualdad, mayor autonomía de las personas e inclusión social. Por eso el socialismo sostiene - y este aprendizaje es parte de nuestra historia- que las sumas resultan buenas sólo si tienen una coherencia de objetivos y de los métodos utilizados para alcanzarlos. No descalificamos la forma de pensar de otros sectores políticos, que representan una porción respetable del electorado, pero sabemos que no todos forman parte de un espacio progresista. Nuestro partido debe cumplir un rol positivo en la construcción de un Frente Progresista, tomando como ejemplo lo logrado en Santa Fe y los acuerdos sostenidos en distintas federaciones con la UCR y con otras organizaciones políticas y sociales que comparten estos valores". |
martes, 24 de mayo de 2011
Reunión con Jóvenes Socialistas
En una noche de llovizna anoche se desarrolló en la sede del Partido Socialista de Charata la reunión partidaria con amplia participación de Jóvenes Socialistas que solicitaron a los integrantes de la Comisión Administrativa del Centro Socialista de Charata que no abandonen lo que se vino construyendo políticamente como alternativa al bi-partidismo (Justicialistas-Radicales) en nuestra localidad.
Solicitaron además, que se siga trabajando en el Programa de Gobierno inclusivo para todos los charatenses.
El compromiso de cambio continúa en Charata y el Partido Socialista se solidifica en nuestra comunidad porque son los jóvenes lo que impulsan este proyecto progresista.
Solicitaron además, que se siga trabajando en el Programa de Gobierno inclusivo para todos los charatenses.
El compromiso de cambio continúa en Charata y el Partido Socialista se solidifica en nuestra comunidad porque son los jóvenes lo que impulsan este proyecto progresista.
sábado, 21 de mayo de 2011
INTEGRANTES DEL PS DE CHARATA RESOVIERON NO INTEGRAR LA ALIANZA CON EL RADICALISMO
En la reunión partidaria del Martes 17 de mayo integrantes del Centro Socialista de Charata decidieron no integrar la Alianza con el Radicalismo, ante el ofrecimiento del sexto lugar en la lista de concejales.
Consideró que el ofrecimiento del sexto lugar no garantiza los espacios necesarios para el cumplimiento del Programa de Gobierno elaborados entre todos los compañeros socialistas, además consideró la pérdida de identidad partidaria construida en esta sociedad desde hace aproximadamente 20 años.
Además los integrantes socialistas presente en la reunión consideran a la actual gestión municipal como de tinte personalista y de poca participación a los planteos de la comunidad.
El camino a seguir se determinará en reuniones venideras a fin de seguir trabando para fortalezar las bases del Socialismo.
Consideró que el ofrecimiento del sexto lugar no garantiza los espacios necesarios para el cumplimiento del Programa de Gobierno elaborados entre todos los compañeros socialistas, además consideró la pérdida de identidad partidaria construida en esta sociedad desde hace aproximadamente 20 años.
Además los integrantes socialistas presente en la reunión consideran a la actual gestión municipal como de tinte personalista y de poca participación a los planteos de la comunidad.
El camino a seguir se determinará en reuniones venideras a fin de seguir trabando para fortalezar las bases del Socialismo.
domingo, 1 de mayo de 2011
Horno Pirolítico: una gestión del Bloque Socialista
Fue aprobado en el Concejo Municipal el pedido de informe al Intendente y al Ministerio de Salud Pública de la Provincia del Chaco sobre porque no se ponía en funcionamiento el Horno Pirolítico instalado en el Hospital de Charata en la anterior gestión provincial. Frente al impulso que el Bloque del Partido Socialista dio a este proyecto, las Autoridades Provinciales autorizaron su uso, y aseguraron que en el trascurso de esta semana vendrán a probarlo y dejarlo en condiciones para que empiece a funcionar, donde además aclararon que también lo podrían utilizar los establecimientos privados, para lo que la Municipalidad deberá firmar un convenio con la Provincia, basado en la Ordenanza presentada por el Bloque Socialista del Concejo Municipal de Charata.
Mayor información en: http://www.diariochaco.com/noticia.php?numero=95813
Mayor información en: http://www.diariochaco.com/noticia.php?numero=95813
EL DÍA DEL TRABAJADOR en CHARATA
1° de mayo “Día internacional del Trabajador”
En julio de 1889, la Segunda Internacional Socialista en su congreso de París, instituyó el día internacional del Trabajador, para perpetuar la memoria de los hechos de mayo de 1886 en Chicago en conmemoración del asesinato judicial en los Estados Unidos de cuatro anarquistas acusados de haber puesto durante una movilización por la jornada laboral de ocho horas una bomba que mató policías.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)